viernes, 30 de septiembre de 2011

La Insignia (Julio Ramón Ribeyro)

Hasta ahora recuerdo aquella tarde en que al pasar por el malecón divisé en un pequeño basural un objeto brillante. Con una curiosidad muy explicable en mi temperamente de coleccionista, me agaché y después de recogerlo lo froté contra la manga de mi saco. Así pude observar que se trataba de una menuda insignia de plata, atravesada por unos signos que en ese momento me parecieron incomprensibles. Me la eché al bolsillo y, sin darle mayor importancia al asunto, regresé a mi casa. No puedo precisar cuánto tiempo estuvo guardada en aquel traje que usaba poco. Sólo recuerdo que en una oportunidad lo mandé a lavar y, con gran sorpresa mía, cuando el dependiente me lo devolvió limpio, me entregó una cajita, diciéndome: "Esto debe ser suyo, pues lo he encontrado en su bolsillo".

Era, naturalmente, la insignia y este rescate inesperado me conmovió a tal extremo que decidí usarla.

Aquí empieza realmente el encadenamiento de sucesos extraños que me acontecieron. Lo primero fue un incidenbte que tuve en una librería de viejo. Me hallaba repasando añejas encuadernaciones cuando el patrón, que desde hacía rato e observaba desde el ángulo más oscuro de su librería, se me acercó y, con un tono de complicidad, entre guiños y muecas convencionales, me dijo: "Aquí tenemos libros de Feifer". Yo lo quedé mirando intrigado porque no había preguntado por dicho autor, el cual, por lo demás, aunque mis conocimientos de literatura no son muy amplios, me era enteramente desconocido. Y acto seguido añadió: "Feifer estuvo en Pilsen". Como yo no saliera de mi estupor, el librero terminó con un tono de revelación, de confidencia definitiva: "Debe usted saber que lo mataron. Sí, lo mataron de un bastonazo en la estación de Praga". Y dicho esto se retiró hacia el ángulo de donde había surgido y permaneció en el más profundo silencio. Yo seguí revisando algunos volúmenes maquinalmente pero mi pensamiento se hallaba preocupado en las palabras enigmáticas del librero. Después de comprar un libro de mecánica salí, desconcertado, del negocio.

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Durante algún tiempo estuve razonando sobre el significado de dicho incidente, pero como no pude solucionarlo acabé por olvidarme de él. Mas, pronto, un nuevo acontecimiento me alarmó sobremanera. Caminaba por una plaza de los suburbios cuando un hobre menudo, de faz hepática y angulosa, me abordó intempestivamente y antes de que yo pudiera reaccionar, me dejó una tarjeta entre las manos, desapareciendo sin pronunciar palabra. La tarjeta, en cartulina blanca, sólo tenía una dirección y una cita que rezaba: SEGUNDA SESION: MARTES 4. Como es de suponer, el martes 4 me dirigí a la numeración indicada. Ya por los alrededores me encontré con varios sujetos extraños que merodeaban y que, por una coincidencia que me sorprendió, tenían una insignia igual a la mía. Me introduje en el círculo y noté que todos me estrechaban la mano con gran familiaridad. En seguida ingresamos a la casa señalada y en una habitación grande tomamos asiento. Un señor de aspecto grave emergió tras un cortinaje y, desde un estrado, después de saludarnos, empezó a hablar interminablemente. No sé precisamente sobre qué versó la conferencia ni si aquello era efectivamente una conferencia. Los recuerdos de niñez anduvieron hilvanados con las más agudas especulaciones filosóficas, y a unas disgresiones sobre el cultivo de la remolacha fue aplicado el mismo método expositivo que a la organización del Estado. Recuerdo que finalizó pintando unas rayas rojas en una pizarra, con una tiza que extrajo de su bolsillo.

Cuando hubo terminado, todos se levantaron y comenzaron a retirarse, comentando entusiasmados el buen éxito de la charla. Yo, por condescendencia, sumé mis elogios a los suyos, mas, en el momento en que me disponía a cruzar el umbral, el disertante me pasó la voz con una interjección, y al volverme me hizo una seña para que me acercara.
- Es usted nuevo, ¿verdad? -me interrogó, un poco desconfiado.
- Sí -respondí, después de vacilar un rato, pues me sorprendió que hubiera podido identificarme entre tanta concurrencia-. Tengo poco tiempo.
- ¿Y quién lo introdujo?
Me acordé de la librería, con gran suerte de mi parte.
-Estaba en la librería de la calle Amargura, cuando el...
- ¿Quién? ¿Martín?
- Sí, Martín.
-!Ah, es un colaborador nuestro!
- Yo soy un viejo cliente suyo.
- ¿Y de qué hablaron?
-Bueno... de Feifer.
-¿Qué le dijo?
-Que había estado en Pilsen. En verdad... yo no lo sabía
-¿No lo sabía?
- No -repliqué con la mayor tranquilidad.
- ¿Y no sabía tampoco que lo mataron de un bastonazo en la estación de Praga?
- Eso también me lo dijo.
-!Ah, fue una cosa espantosa para nosotros!
-En efecto -confirmé- Fue una pérdida irreparable.
Mantuvimos una charla ambigua y ocasional, llena de confidencias imprevistas y de alusiones superficiales, como la que sostienen dos personas extrañas que viajan accidentalmente en el mismo asiento de un ómnibus. Recuerdo que mientras yo me afanaba en describirle mi operación de las amígdalas, él, con grandes gestos, proclamaba la belleza de los paisajes nórdicos. Por fin, antes de retirarme, me dio un encargo que no dejó de llamarme la atención .
-Tráigame en la próxima semana -dijo- una lista de todos los teléfonos que empiecen con 38.
Prometí cumplir lo ordenado y, antes del plazo concedido, concurrí con la lista.
-!Admirable! -exclamó- Trabaja usted con rapidez ejemplar.

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Desde aquel día cumplí una serie de encargos semejantes, de lo más extraños. Así, por ejemplo, tuve que conseguir una docena de papagayos a los que ni más volví a ver. Mas tarde fui enviado a una ciudad de provincia a levantar un croquis del edificio municipal. Recuerdo que también me ocupé de arrojar cáscaras de plátano en la puerta de algunas residencias escrupulosamente señaladas, de escribir un artículo sobre los cuerpos celestes, que nunca vi publicado, de adiestrar a un meno en gestos parlamentarios, y aun de cumplir ciertas misiones confidenciales, como llevar cartas que jamás leí o espiar a mujeres exóticas que generalmente desaparecían sin dejar rastro.

De este modo, poco a poco, fui ganando cierta consideración. Al cabo de un año, en una ceremonia emocionante, fui elevado de rango. "Ha ascendido usted un grado", me dijo el superior de nuestro círculo, abrazándome efusivamente. Tuve, entonces, que pronunciar una breve alocución, en la que me referí en térmios vagos a nuestra tarea común, no obstante lo cual, fui aclamado con estrépito.

En mi casa, sin embargo, la situación era confusa. No comprendían mis desapariciones imprevistas, mis actos rodeados de misterio, y las veces que me interrogaron evadí las respuestas poque, en realidad, no encontraba una satisfactoria. Algunos parientes me recomendaron, incluso, que me hiciera revisar por un alienista, pues mi conducta no era precisamente la de un hombre sensato. Sobre todo, recuerdo haberlos intrigado mucho un día que me sorprendieron fabricando una gruesa de bigotes postizos pues había recibido dicho encargo de mi jefe.

Esta beligerancia doméstica no impidió que yo siguiera dedicándome, con una energía que ni yo mismo podría explicarme, a las labores de nuestra sociedad. Pronto fui relator, tesorero, adjunto de conferencias, asesor administrativo, y conforme me iba sumiendo en el seno de la organización aumentaba mi desconcierto, no sabiendo si me hallaba en una secta religiosa o en una agrupación de fabricantes de paños.

A los tres años me enviaron al extranjero. Fue un viaje de lo más intrigante. No tenía yo un céntimo; sin embargo, los barcos me brindaban sus camarotes, en los puertos había siempre alguien que me recibía y me prodigaba atenciones, y en los hoteles me obsequiaban sus comodidades sin exigirme nada. Así me vinculé con otros cofrades, aprendí lenguas foráneas, pronuncié conferencias, inauguré filiales a nuestra agrupación y vi cómo extendía la insignia de plata por todos los confines del continente. Cuando regresé, después de un año de intensa experiencia humana, estaba tan desconcertado como cuando ingresé a la librería de Martín.

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Han pasado diez años. Por mis propios méritos he sido designado presidente. Uso una toga orlada de púrpura con la que aparezco en los grandes ceremoniales. Los afiliados me tratan de vuecencia. Tengo una renta de cinco mil dólares, casas en los balnearios, sirvientes con librea que me respetan y me temen, y hasta una mujer encantadora que viene a mí por las noches sin que yo le llame. Y a pesar de todo esto, ahora, como el primer día y como siempre, vivo en la más absoluta ignorancia, y si alguien me preguntara cuál es el sentido de nuestra organización, yo no sabría qué responderle. A lo más, me limitaría a pintar rayas rojas en una pizarra negra, esperando confiado los resultados que produce en la mente humana toda explicación que se funda inexorablemente en la cábala.






Julio Ramón Ribeyro
 (Lima, 31 de agosto de 1929 - Lima, 4 de diciembre de 1994) fue un escritor peruano, considerado uno de los mejores cuentistas de la literatura latinoamericana


FUENTE: www.cord.edu/faculty/gargurev/Ribeyro.html

martes, 27 de septiembre de 2011

Diagrama de Cuerpo Libre de la Estructura Humana


En la primera figura, se ve el tercer plano de la estructura. Se encuentran las personas (1) y (2), realizando las fuerzas de torsión y flexión. La persona (1) se encuentra de espaldas a la persona (2), por ello debe hacer una fuerza de torsión para poder llegar a alcanzar las piernas de la persona (2) quien se encuentra realizando una fuerza de flexión impulsada por su propia cadera y soportada sobre su espalda (lo que en yoga se conoce como "saludo al sol"). Esta fuerza provocada en la persona (2) por un impulso es sostenida por la persona (1). Así, la persona (1) realiza una fuerza de torsión para contener la fuerza realizada por el impulso hecho por la persona (2) quien flexiona su cuerpo mediante la postura que hace. 

En la segunda figura, se ve el segundo plano de la estructura. Se encuentran las personas (3) y (4), realizando la fuerza de tracción. La persona (4) alza la pierna derecha y la coloca sobre el hombro de la persona (3) intentando mantener el equilibrio jalando cada una en sentido diferente. La persona (4) realiza una fuerza hacia la derecha y la persona (3) realiza una fuerza para la izquierda. Para mantenerse firmes, se cogen de los antebrazos y tiran en las direcciones mencionadas.

En la tercera figura, se ve el primer plano de la estructura. Se encuentran las personas (5) y (6), realizando la fuerza de compresión. La persona (5) realiza el ejercicio/posición conocido como "vela" impulsando su cuerpo hacia el lado derecho con ayuda de sus brazos, quienes se encuentran constantemente impulsando su cadera (y en consecuencia sus piernas) hacia el lado en donde se encuentra la persona (6). Esta fuerza realizada por la persona (5) es contenida por la persona (6), quien se encuentra arrodillada sobre la superficie y con las rodillas ligeramente separadas, además de estar alejada a una distancia prudente para que las piernas de la persona (5) no le caigan en la cara, sino que sean sus manos las que hagan una contrafuerza (hacia la izquierda) a la generada por la persona (5).




Publicado por Licec Tolentino y Mauro Quiroz

domingo, 25 de septiembre de 2011

Estructura Humana


Explicación:

Intentamos, en primer lugar, realizar una estructura que esté dividida en tres, con la finalidad de causar la sensación de crear un camino hacia la fuente de luz principal (que está en la parte posterior de la estructura). 

Posterior a la clase en la que nos informaron sobre distintas ideas de Gaudi, decidimos hacer una estructura que también se asemeje a la naturaleza, intentando crear una especie de camino formado por tres estructuras independientes (las dos primeras representarían árboles y la del final representaría una fuente de luz parecida a una puesta de sol.)

La entrada se encuentra en la parte delantera, por un espacio formado entre dos personas (primera división) en donde se aplica la fuerza de compresión. 

La principal fuente de luz se encuentra en la parte posterior, donde se crea una forma con las piernas de una persona, dejando así cierto tipo de agujeros o espacios sin cubrir por donde ingresa la luz natural. 

Escogimos un lugar tranquilo, por donde no transita mucha gente y que, además, se encuentra cerca a una caida de agua. Ello nos ayudará a crear un ambiente propicio para la función de nuestra estructura, que es servir de lugar para reflexión u oración. Es decir, es necesario un ambiente tranquilo y de poca circulación o movimiento. De lo contrario, la estructura no podría cumplir su función.  



Publicado por Mauro Quiroz y Licec Tolentino

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Objetividad y subjetividad - Ejercicio II

¿CÓMO DESCRIBIRIAN OBJETIVAMENTE Y SUBJETIVAMENTE ESTAS IMAGENES?

paisajes de la India Palacio en el lago Pichola


paisajes de la India templo de oro en Amritsar


paisajes de la India the panch rathas






Publicado por Kemily Chauca

martes, 13 de septiembre de 2011

Objetividad y Subjetividad - Ejercicio I

Comenten acerca de la objetividad y subjetividad de las siguientes imágenes.



Imagen 1




Imagen 2




Imagen  3




Imagen  4




Imagen  5




Imagen  6



Publicado por Mauro Quiroz y Licec Tolentino

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Charles Moore

Es conocido también por la representación del contexto en cada uno de sus proyectos , es decir del sitio y la cultura.
Su tesis doctoral:"El agua en la arquitectura". se enfocó mucho en el papel de las fuentes y en la introducción del agua en el espacio, se inclino a una arquitectura mas historicista y contextual, que se puede notar claramente en cada una de sus obras.
Publicado por Kemily Chauca

Termas de Vals - Peter Zumthor

Las Termas de Vals son un edificio construido en Suiza por el arquitecto Peter Zumthor en 1996. Se trata, como su propio nombre indica, de un complejo termal que se sitúa en la loma de una pronunciada ladera del valle, integrándose con ella y apareciendo con forma de búnker con una serie de perforaciones desde las que se puede contemplar el paisaje de todo el valle.
También aparecen los vasos de spa y termas como si fueran lagos de agua subterránea en el interior de una cueva, generando espacios de descanso y quietud adecuados para su uso.

Archivo:Therme Vals facade, Vals, Graubünden, Switzerland - 20051009.jpg

Publicado por Kemily Chauca

Peter Zumbthor

Peter Zumthor (1943- ), Biografía y Obras del Arquitecto suizo, una de las figuras más interesantes y profundas del actual panorama arquitectónico europeo.

Nacido en Basilea, cursó estudios en su ciudad natal, en el Instituto Pratt de Nueva York (1966) y se graduó como arquitecto en 1968. Ha impartido clases en las universidades de Zurich (1978), Los Ángeles (1988), Munich (1989) y Berlín (1994), y es profesor de Proyectos en la Academia de Arquitectura de la Università della Svizzera Italiana en Mendrisio. Su obra, que sigue una línea muy independiente, destaca por un interesante sentido espacial y por el sabio y cuidado manejo de la madera que nace de su temprano aprendizaje como ebanista. Quizá su pieza más representativa sea el edificio de las termas de Vaals (Suiza), donde conjuga con sobriedad espacios de gran modernidad con un fuerte sabor arcaico por la valoración de la luz y de la materialidad pétrea. Otro de sus edificios más emblemáticos es la capilla de Saint-Benedict (Sumvitg, 1988), una pieza construida toda ella en madera, serena y compacta, de planta ovalada, con una banda superior acristalada que despega la cubierta y permite la entrada de la luz para enriquecer con sutileza el espacio interior. Son también interesantes la construcción en Welschdörfli para proteger unas ruinas romanas, una hermosa estructura en madera con plementerías de lamas del mismo material, o la residencia de ancianos en Masans (1992-1993), una delicada pieza lineal de apartamentos construida en hormigón, piedra y madera como posada sobre una ladera desde la que se disfruta de una bella panorámica.
PROYECTOS / Projects
1979-1983 Escuela, Churwalden, Suiza.
1985-1986 Taller Zumthor, Haldenstein, Suiza.
1985-1986 Construcciones para la conservación de ruinas romanas, Coria, Suiza.
1987-1989 Ermita Sogn Benedetg, Sumvitg, Suiza.
1989-1996 Complejo residencial Spittelhof, Basilea, Suiza.
1990-1996 Termas de Vals, Vals, Suiza.
1990-1997 Museo de Arte de Bregenz, Bregenz, Austria.
2000 Pabellón de Suiza en la Expo de Hannover, Hannover, Alemania. 











Publicado por Francesca Ramos Matta









  



lunes, 5 de septiembre de 2011

Sea Ranch - Charles Moore


LOCACIÓN: 

-País: Estados Unidos
-Estado: California 

-Condado: Condado de Sonoma

-Ciudad: Sea Ranch

-Dirección: Moonraker Road 273

CONTEXTO: Rural-Costero.

CLIMA: Fresco, ventoso

PERIODO: 1964 a 1965

SISTEMA CONSTRUCTIVO: Estructura de Madera.

ESTILO: Moderno del área de la bahía
Sea Ranch es posiblemente el desarrollo al Oeste de los E.E.U.U. más influyente de los ´60s  y uno de los planeamientos arquitectónicos comunitarios más significativos construidos en California. Localizada al Sur de Gualala, California, a 100 millas de San Francisco, próxima a la Autopista Costera 1 (Coast Highway 1), Sea Ranch está situada sobre una zona de miles de acres de praderas y angostos valles arbolados. Muchos de los emplazamientos tienen panorámicas e ininterrumpidas vistas hacia las rompientes de las olas, las pequeñas playas y a las piscinas formadas por la marea; elementos característicos del paisaje por los cuales la costa de Mendocino es conocida.El Plan Maestro original formulado por el Paisajista Lawrence Halprin para la comunidad se focalizaba en lineamientos que minimizaran el impacto físico y visual sobre el paisaje, dando a cada propietario amplias y desobstaculizadas vistas así como abundante espacio abierto alrededor de sus hogares. Algunos de los más importantes Arquitectos de la segunda mitad del siglo XX diseñaron y construyeron casas aquí: Charles Moore, Joseph Esherick, William Turnbull, Obie Bowman, Donlyn Lyndon y Dmitri Vedensky entre muchos otros siendo reconocidos en todo el mundo por el cuidado planeamiento ambiental y paisajístico de sus proyectos en Sea Ranch. Su “Estilo Sea Ranch” es hoy en día el estilo más conocido y difundido de la Arquitectura Moderna Residencial al Norte de California.



El paisaje es sorprendente en sí mismo: praderas continuas e interminables que se encuentran cercadas entre rocosos desfiladeros por un lado y densos bosques al este; un sinfín de playas ocultas y pasajes para caminatas o actividades ecuestres que corren a lo largo de los desfiladeros y serpentean entre los bosques. Hay un simple Club House con canchas de tenis y golf, piscinas y saunas. Un magnifico restaurante con vista al océano y probablemente la más hermosa capilla de toda la costa.


Moore, Allen y Lyndon escribieron en The Place of Houses que “En Sea Ranch, las casas se fusionan con el bosque con gran éxito; en las praderas, sin embargo, las casas necesitan establecer asociaciones con las formas del suelo y entre ellas mismas lo cual se vuelve muy difícil de lograr.”
Planta en Conjunto

Secciones 


Los dos tipos de Viviendas que encontramos en este condominio



Las viviendas se distribuyen de manera que forman un patio interior. En la zona posterior izquierda encontramos otro patio con dos cocheras, por donde se accede a alguna de ellas o al patio interior.








Las viviendas son pequeñas y cuentan con tres pisos, donde solo el superior es el dormitorio




Publicado por Mauro Quiroz, Licec Tolentino y Francesca Ramos



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viernes, 2 de septiembre de 2011

Casa Ugalde

 CASA UGALDE
Caldes d’Estrac, Barcelona, 1951

La elección de un lugar privilegiado sobre el mar y el interés de su propietario por el paisaje que se divisa desde distintos puntos del terreno, fueron determinantes.

La vivienda queda implantada valientemente al estar encajada en el territorio hasta fundirse con él.

Se procedió finalmente a una laboriosa investigación formal a partir de unos primeros croquis, en los que se manifiesta una preocupación por respetar determinadas visuales y la vegetación existente.

El resultado es un juego de muros blanqueados y transparencias que contienen toda la fuerza serena de las obras posteriores del arquitecto.

HISTORIA DE LA CASA

En el principio de la historia aparece un texto escrito a mano por Coderch en el que varias veces menciona el término “vista estupenda”. Es apartir de esta idea que se empieza a proyectar la cada para D. Eutaquio Ugalde Urosa.


La construcción se hizo respetando la totalidad de los arboles existentes y haciendo pocos movimientos de tierras.



En esta foto aérea se observa la forma de la piscina antes de construir el tabique interior que daba la curva definitiva.








El pino que aparece en la fotografía es el que Coderch describe como pino de dos  troncos y que aparece perfectamente en las fotos de Catalá Roca.

En algún momento entre los años 60 y 90 uno de los troncos fue eliminado por los segundos propietarios de la casa. Posiblemente por miedo a que su proximidad con la fachada causara daños a la cubierta.









Publicado por Mauro Quiroz y Licec Tolentino